Es algo que no he contado nunca en redes o internet pero además de Aitor, gestor de Kitarshokak y enamorado de todo esto, soy también cuidador de mi madre (mi amatxo como decimos los euskaldunes). Una situación que me condiciona vitalmente para poder expandirme con Kitarshokak o incluso en mi vida personal. En mi casa ya es la segunda experiencia que tenemos en éste sentido…
